Vivimos en una sociedad en proceso de deshumanización, donde se pierde el concepto de dignidad de la persona, se elimina a Dios y la ley moral y se impone el laicismo. En Cuaresma, el Señor nos llama a un encuentro con Él, para salir de la pasividad ante los retos que el mundo nos plantea.
Los cristianos tenemos el deber de tomar conciencia de la situación en que vivimos. No estamos salvados por el simple hecho de estar bautizados y ser parte de la Iglesia Católica..; como no le bastó al pueblo de Israel ser Pueblo Elegido. Si en nuestra conducta no tratamos de hacer la voluntad de Dios, no todo está hecho con ir a Misa; es necesario que nos planteemos “qué quiere Dios de nosotros”.
La realidad que vemos cada día en los medios de comunicación es de dolor, destrucción, terrorismo, injusticia y pecado.., que nos recuerda que todo es perecedero. Hemos de despertar, pues como en el caso de la higuera del Evangelio de este domingo, Dios nos exige no ocupar un “lugar” en la Iglesia, sin dar los frutos de santidad y de fidelidad que nos lleven a todos a un mayor compromiso en la vida social.
El Señor estará presente en el mundo para salvarlo, si nosotros nos hacemos presentes en el cumplimiento de nuestras obligaciones en la vida familiar, social, educativa, festiva, y en definitiva en todo aquello que afecta a la “polis”.
La tarde noche del pasado martes 23 de febrero tuvo lugar en la Iglesia de san Francisco de Altea una conferencia sobre el Nuevo Ateísmo.
Ante unas 150 personas el conferenciante Don Francisco Conesa Ferrer, Párroco de la Basílica de Santa María de Elche, Doctor en Filosofía y Teología, Profesor del Teologado Diocesano, del Instituto de Ciencias Religiosas y Profesor de la Universidad de Navarra, ofreció a los asistentes una reflexión sobre el “Nuevo Ateísmo” y sus connotaciones diferenciales del ateísmo de los siglos XIX y XX.
Ofrecemos a los lectores del blog un esquema de dicha conferencia.
1.- El retorno del ateísmo
Algunos rasgos distintivos del nuevo ateísmo
– Un ateísmo débil y postmoderno
– El ateísmo como fenómeno mediático
– Un ateísmo polémico frente a las religiones
– El ateísmo como movimiento social
El contexto social del nuevo ateísmo
– El 11 de septiembre de 2001. El extremismo religioso
– Polémicas creacionistas contra evolucionistas (Estados Unidos)
– Proliferación de sectas
– Fin del comunismo. Expansión del laicismo
2.- Los principales representantes del “nuevo ateísmo”
El “nuevo ateísmo” cientificista
– Richard Dawkins (n. 1941): “El gen egoísta” (1976), “El relojero ciego” (1986), “El espejismo de Dios” (2006).
– Christopher Hitchens (1949-2011): “Dios no es bueno”(2008), “Dios no existe. Debate” (2009).
– Daniel Clement Dennettt (n. 1942): “Romper el hechizo. La religión como fenómeno natural” (2006).
– Sam Harris (n. en 1967): “El fin de la fe” (2004), “Carta a una nación cristiana” (2006). “El paisaje moral” (2011), “Despertar. Guía para una espiritualidad sin religión” (2014).
La tendencia ilustrada
– Michel Onfray (n. 1959): “Tratado de ateología” (2005)
– André Comte-Sponville (n. 1952). “El alma del ateísmo. Introducción a una espiritualidad sin Dios” (2006)
3.- Análisis de los principales argumentos del neoateísmo
La religión es una estupidez peligrosa: oposición entre fe y ciencia
– La ciencia desmiente la fe
– El buen creyente odia la razón
La religión es fuente de violencia. Criminalización de la religión
– Identificación de la religión con los fanatismos
– La fe como fuente de violencia. Los crímenes de las religiones
– El Dios bíblico como fuente de violencia
La religión es inmoral
– La moralidad no exige creer en Dios
– La repugnante moral de las religiones
– La Biblia no puede ser fuente de moralidad
– Explicación biológica de la moralidad
Explicación naturalista del origen de la religión
– El origen patológico de la religión
– Explicación “científica” de la religión
Intento de refutar la “hipótesis Dios” desde la ciencia
– Dios como objeto de la ciencia
– Dios como una “hipótesis”
Examen de los argumentos sobre la existencia de Dios
– Los argumentos a favor la existencia de Dios
– La naturaleza de Dios
– El problema del mal
Negación de una revelación divina
– Argumento de la pluralidad de religiones
– Negación del carácter revelado de los libros sagrados
– Duda sobre la historicidad de Jesús
La finalidad intramundana del hombre
Consecuencia práctica: promover un laicismo excluyente
– Elogio del ateísmo
– Contra la tolerancia de las religiones
– Ateísmo en la vida pública
4.- Los principales desafíos del nuevo ateísmo
Diálogo sobre los valores que construyen la sociedad
El problema epistemológico
Acrecentar el diálogo entre fe y ciencia
Dar razón de la fe
Atención a los fundamentalismos religiosos
Purificar la imagen de Dios
Reivindicar el diálogo desde la humildad y el respeto
CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA CON LOS JÓVENES DE CONFIRMACIÓN
La tarde del domingo 21 de febrero, celebramos en nuestra Parroquia la Eucaristía con un nutrido grupo de chicos y chicas de la ESO, que están preparándose para recibir el sacramento de la Confirmación.
Fue una celebración emotiva, participada, no solo por los chicos y chicas, sino con la presencia de padres, familiares y catequistas. La finalidad era vivir la Eucaristía tratando de entender el sentido de los ritos, el significado de la celebración eucarística, su importancia en la vida de fe y sus consecuencias en la vida diaria.
En la tarde-noche del pasado sábado tuvo lugar en el Templo Parroquial de Ntra. Sra. del Consuelo, el acto del Pregón que anuncia nuestra, ya cercana Semana Santa 2016.
Comenzó con la celebración de la Eucaristía en homenaje a la Cofradía Ecce Homo, cantada por el coro Parroquial y que conto, con la presencia de algunas autoridades y representaciones de instituciones alteanas.
A continuación tras las palabras de presentación de nuestro Párroco Don José, tuvo lugar un emotivo concierto de música clásica a cargo del grupo “Quartet Odessa” en cuyo intermedio Don Francisco Bernabé Alfonso, Párroco de Ntra. Sra. de las Nieves de Calpe pronuncio el pregón anunciando nuestra Semana Santa 2016.
Acabado este emotivo acto, la Junta Mayor de Cofradías, ofreció a los asistentes en el patio de la Parroquia un vino de Honor.
Fotos realizadas por Miguel Ángel Puche:
VIAJE PARROQUIAL A VILLENA
El sábado 20 de febrero un numeroso grupo de feligreses de nuestra Parroquia viajamos de excursión hasta la ciudad de Villena.
Tres autobuses prácticamente llenos con 115 personas: niños con sus familias, catequistas, Párroco… nos trasladamos hasta la capital del Alto Vinalopó, donde tuvimos la oportunidad de visitar la Residencia de ancianos (Palacio Mergelina) Iglesia Arcedianal de Santiago, el Palacio Municipal, la Parroquia de Santa María, el Castillo de la Atalaya… para finalizar en el Santuario de Ntra. Sra. de las Virtudes.
Fue en este emblemático lugar mariano, donde rezamos una oración a la Virgen, visitamos su precioso Camarín, para terminar con una fraterna comida y tertulia en unos de sus amplios salones.
Confiamos que todos cuantos participamos en esta excursión pasáramos un precioso día de convivencia parroquial.
En el camino de la vida necesitamos vivir “destellos” de felicidad que hagan más fáciles afrontar la vida de cada día. El camino de la Cuaresma hacia la Pascua es un camino de toda nuestra vida creyente. Por un lado vemos su dificultad, como en el caso de Abraham ante la posibilidad de sacrificar a su hijo Isaac.
El camino de nuestra vida es, en ocasiones, fatigoso. La soledad, la enfermedad, el sufrimiento y las injusticias nos lo hacen a veces insufrible. Por otro lado, la necesidad de seguir avanzando, aun cuando parezca que no hay futuro, nos urge tener la experiencia de que Dios está con nosotros. De que la vida va a triunfar sobre la muerte.
Entonces nos preguntamos, ¿hay luz en la noche?. Luz que ilumine y dé sentido a nuestro caminar, aunque “sea de noche”. Luz que pueda iluminarnos y hacer que no decaigamos en el camino. Sabemos que sí la hay; que en ocasiones este camino, áspero y difícil, se tiñe de una luz nueva. Son momentos en los que, “por pura gracia”, sentimos cerca a Dios.
Todos necesitamos esos momentos de Tabor, momentos intensos de presencia de Dios, en los que llegamos a recuperar la esperanza porque hemos experimentado el amor y hemos palpado al Dios de la vida. La transfiguración es luz para el camino, es luz para la esperanza.
A estas alturas de la historia, hay demasiada gente desesperanzada en nuestro entorno; hay demasiados obstáculos en la vida de las personas; hay demasiada gente que nunca ha experimentado que alguien apueste por ellos.
La esperanza se nutre de los espacios de silencio a solas con Dios. Envueltos en tanta palabrería y discursos vacíos, hemos de encontrar espacios y tiempo para estar a solas, “en silencio”, con Dios. Decídete a ponerte delante de Dios en la Eucaristía, visita a Jesucristo presente en el sagrario. Haz silencio “con” Dios para afrontar tu vida.
La Iglesia atraviesa en Occidente una seria crisis, no debida principalmente a la hostilidad de las fuerzas extrañas a ella, sino sobre todo a la indiferencia y desinterés de muchos de sus hijos y a la creciente secularización en su seno.
Siempre tendremos la tentación de culpar a los “otros” de los males de la Iglesia, sean éstos, grupos mediáticos, económicos e incluso políticos. Pero la verdad es que habría que plantearse muy en serio, si desde nuestras comunidades, parroquias y movimientos laicales tradicionales o de nuevo cuño, tenemos algo que ofrecer al hombre de hoy, que nadie, ni ninguna otra institución pueda aportarle.
La indiferencia religiosa nos está afectando no ya sólo por la secularización brutal de los ámbitos culturales y de decisión del mundo en el que vivimos, sino que, desgraciadamente, ha alcanzado incluso el centro del corazón y el pensamiento de nuestros cristianos y comunidades. ¿Estamos poniendo la fuerza de nuestra labor pastoral en preocupaciones, acciones y programas con acentuado marchamo secular o social?
Evidentemente que la Iglesia debe reivindicar sin complejos la dimensión social y ética, que nacidas del evangelio, no puede callar, sea en temas como la familia y la vida, la educación y el trabajo, el lugar de la economía en la transformación y desarrollo del mundo, las migraciones y desplazamientos humanos por motivos económicos, de conciencia o políticos, y otros muchos valores que humanizan al ser humano y deben transformar las estructuras injustas del mundo. Pero, sin olvidar, ni dejar de soslayo en segundo plano lo que es primario en su misión: anunciar el Reino de Dios y recordar, a quien quiera oírle, que la Salvación real y definitiva viene del Señor Jesucristo.
Creo que es fácil observar un decantamiento de las fuerzas pastorales y humanas de sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos hacia un tipo de discurso y planteamiento pastoral más horizontal, en detrimento del anuncio explícito y decidido del Evangelio. ¿No será en algunos casos que, ante las dificultades y el rechazo real o esperado del anuncio de Jesucristo, se busquen simpatías y respuestas más fáciles de aceptar por la opinión pública?
Miremos a los grupos, movimientos, congregaciones religiosas y carismas laicales de mayor vitalidad y tratemos de dejar a un lado los prejuicios y actitudes destructivas, así como las faltas de caridad, para llevar la esperanza a los desanimados y a esa parte de la Iglesia en clara postura defensiva, que se conforma en ver envejecer y desaparecer personas, carismas y comunidades otrora vitalistas y con gran empuje evangelizador.
El Concilio Vaticano II nos hablaba de leer los signos de los tiempos. Pues hagámoslo: secularismo ambiental, falta de credibilidad de la Iglesia, incremento de las sectas, nihilismo y cinismo de sectores importantes de la sociedad, depresión incluso entre los más jóvenes, abandono masivo de la práctica religiosa, religión a la carta, búsqueda de alternativas espirituales..
Mostremos la frescura de la fe sin complejos, presentemos a Jesucristo subrayando las consecuencias benéficas que para el hombre y la sociedad tienen amarle y seguirle. Profundicemos en la fe, prediquemos la apertura a la trascendencia, acompañemos espiritualmente a las personas, demos motivos de esperanza que resistan cualquier crisis, hablemos de perfección y de santidad, ofrezcamos contenidos de fe sólidos que “amueblen” las mentes y liberen los corazones.
El pasado sábado 13 de febrero, tuvo lugar el primero de los actos extraordinarios que en el inicio de la Cuaresma, pre-anunció la Semana Santa de Altea.
A las 18:00 horas, y desde la Iglesia de San Francisco participamos en el pasacalles con la banda de Cornetas y Tambores de la Real Cofradía de San Pedro Apóstol de Yecla (Murcia ), hasta llegar a la Iglesia Parroquial.
Tras la celebración de la Santa Misa, tuvo lugar un emotivo y precioso concierto de la Banda de Cornetas y Tambores antes mencionada, que en el descanso del mismo, se procedió al descubrimiento y presentación del Cartel anunciador de la Semana Santa de Altea 2016, realizado por el fotógrafo y artista local Diego Coello Calvo.
Desde estas líneas nuestro agradecimiento a cuantas personas e instituciones hicieron posible la celebración de este acto.
La Cuaresma es tiempo de “desierto”; tiempo para escuchar la Palabra de Dios, y junto a las prácticas de la Oración, la Limosna y el Ayuno, ser capaces de caminar según el Evangelio. Es también un camino que nos conducirá a la Pascua profundizando la amistad con Dios, purificados por la Confesión de los Pecados y la Comunión del Cuerpo de Cristo, renovando las Promesas del Bautismo en la Vigilia Pascual.
Con las tentaciones sufridas por Jesús en el desierto, el demonio trató de presentarle otro “programa de salvación” distinto al del Padre: La tentación era ser un líder social que convirtiera las piedras en pan, poner la confianza en los medios humanos y buscar el éxito fácil sin cruz. Jesús rechaza la tentación diabólica diciendo que “no sólo de pan vive el hombre”, “no tentarás al Señor tu Dios”, etc..
El mundo actual nos ofrece tentaciones semejantes a las que sufrió Jesús en el desierto: el Secularismo que quiere hacernos creer que “sólo de pan” vive el hombre (pan y circo), que la Religión y la Fe en Dios son cosas inútiles y un estorbo para la libertad y la felicidad.
Otra tentación sería la de huir de todo sacrificio y responsabilidad abandonando la voluntad de Dios. Durante la Cuaresma, la escucha de la Palabra de Dios y los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía, nos deben ayudar a descubrir la VERDAD, y a ser capaces de rechazar las tentaciones, diríamos, “mundanas”.
La Cuaresma es un tiempo favorable para salir de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra de Dios y a las Obras de Misericordia. Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos que necesitan ser alimentados, vestidos, alojados, visitados..; mientras que las espirituales tocan más directamente a nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, rezar.
No hay que separar las obras de misericordia corporales de las espirituales. Pues, precisamente tocando en el pobre la “carne” de Jesús crucificado, el pecador podrá recibir como “don” la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo de la misericordia de Dios.
La Cuaresma de este Año de la Misericordia hemos de vivirla, dice el papa Francisco, con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. Hemos de escuchar la Palabra de Dios, incidir en mayor tiempo para hacer oración y gozar del perdón misericordioso del Padre.
Dios se muestra rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo la ternura y la compasión. En Jesucristo crucificado descubrimos el rostro real y humano de la misericordia del Padre, que no sabe ya qué hacer para que los hombres descubramos su amor entrañable.
Dejarse salvar y amar por Dios nos recuerda que nuestra fe se traduce en gestos concretos de arrepentimiento del pecado y en actitudes reales que ayuden al prójimo en su cuerpo y en su espíritu. En el pobre, la carne de Cristo “se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido..,” para que le reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. Gran misterio éste.
Pero, hay quien no acepta reconocer a Jesús en el pobre. El peligro es creerse rico, siendo en verdad el más pobre de los pobres: cuando se es esclavo del pecado que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino para encerrase en la soberbia y vanidad de quien se cree poderoso, hasta el punto de pensar que no necesita a Dios.
El papa Francisco nos pide que no perdamos este tiempo nuevo de Cuaresma. Es una oportunidad favorable para la conversión. Cada uno haga su propio plan de Cuaresma: Confesión bien preparada, frecuencia de la Eucaristía, lectura y escucha diaria de la Palabra de Dios, austeridad en la comida y en los gastos no necesarios, atención a las obras de misericordia corporales y espirituales con el prójimo, etc..
nuestra señora del consuelo - altea 